27/2/12

A los lenguaraces

Calímaco

 

Marchad en mala hora
funestos hijos de la envidia
y juzgad mi destreza
por mi arte y no por viejas medidas;
Apolo con lira y pajaro
no esperéis que yo produzca
el gran poema retumbante
pues no es mío el trueno, sinō de Zeus.

Ya cuando por vez primera
apoyé sobre mis rodillas
la cérea tablilla de escribir
dijo Apolo, mi Apolo Licio:
«Es preciso, oh poeta, que me traigas
el incienso bien espeso
pero la musa, amigo, muy ligera;
te ordeno también que evites
los senderos trillados por los carros
y no conduzcas el tuyo
por las vulgares huellas de los otros
ni por prolijos caminos
sinō busca con recio empeño
siempre tu propio sendero,
aunque sea el más áspero y difícil.»

Le obedecí, pues yo canto
para aquellos que disfrutan del son
melodioso de las aves
y nunca del rebuzno de los asnos.
Que otros rebuznen cual las bestias
de alargadas orejas
mas sea yo el etéreo, el ser alado.

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ēgm. 2012. Versión basada en la traducción de M.E. Del Río y M.T. Forero, con el título de Respuesta a los Telquinos, en Calímaco, Himnos, publicada por editorial Aguilar, Madrid 1972.

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